Bienvenido estás, pues aquí:

Soñarás sin saber, suaves susurros sobre tu piel.

No creo en la bondad divina.

+ ¿Nombre?
- Martín Méndez, Tamara
+ ¿Prefiere los formalismos?
- Siempre en entrevistas, impresiona ser seria
+ ¿Creencias?
- Atea a las 12:00. Pero tengo un por qué.
+ Confiese entonces
- Si puede seguirme, encantada. Dios es sinónimo de paz y amor, padre benevolente de todas las criaturas, justo en todas las expresiones, eterno en toda su sabiduría. Dígame, ¿conoce ejemplos de personas, ya sea de su entorno o vistos en medios de comunicación, que cumplan dichos requisitos?
+ ¿Tiene todo ésto un fin?
- Fin tiene todo, pero estamos en el principio, no se impaciente y conteste
+ Nadie puede tener dichas cualidades reunidas, por algo son divinas
- Eso pensaba yo. Ahora imagine el caso contrario. ¿No se le ocurre alguien tan miserable, inculto, ignorante, despreciable, imparable en el peor de los sentidos, cruel e insensible?
+ ¿Se refiere a pecadores tales como asesinos, violadores y mafiosos de la peor calaña?
- Por poner ejemplos. Y, querido amigo, hemos llegado al ecuador de lo que yo quería
+ ¿Podría explicarse?
- Si Dios existiese, el Dios que todos proclamamos y que tantos alaban, la oscuridad no habría vencido a la luz de manera tan atronadora. Porque no tengo conciencia de si se ha fijado, pero yo sí he visto que nadie acumula la perfección, pero que los despojos son demasiados como para cubrirlos con tan poco brillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario