Bienvenido estás, pues aquí:

Soñarás sin saber, suaves susurros sobre tu piel.

Siempre tuya, siempre mío.

Es en virtud de su mirada
por lo que mi alma hastiada
descansa posada en su leal
traje de desconfianza ruin.
Pues no es por la carencia
de sentir el propio fluir
de los sentimientos de amor,
sino por el despropósito a
ella misma encomendado
de no creer que el amado
pueda amar un ser tan
imperfecto, condenado por
su propio nacimiento al
fracaso en cuanto al ámbito
que más llena, no siendo el
mencionado otro que el propio
amor al que sus retorcidos
prejuicios ya dieran puerta.
Es este pensar que conmigo
se ha criado el que me
inunda sin remedio, mas no
es otro más que mi propio
deseo de vencerlo el que me
lleva a la cruzada entre mi
propia mente y mi torturado ser,
el que habita en mi corazón.
Y se torna en batalla la
indecisión, de si será bueno
sacrificar a la razón, que con
tesón pelea por sofocar el
fuego que nace y arde en
todo aquel que es amante.
Pero como es costumbre nadie
obtiene victoria por doble
partida, y el más fuerte ha
vencido quedando de lado
todo tipo de razocionio esperado.
Ha adivinado ya mi persona
que es su Destino otro al que
ella pensaba tan concienzuda
estar ya dedicada su existencia.
Aunque la preocupación de si
es este el camino adecuado no
perezca por el mero hecho
de haber sido elegido e
impuesto por el propio combate
ya llevado a cabo contra
mi propia naturaleza; mi mente.
He de centrarme visto lo
cual en la rendición al
encanto que mi amigo supone
para mí, y confiar en su bondad
y correspondencia al sacrificio
que yo tengo por el hecho de
abandonar al adiestramiento
de mi voluntad para guarecerme
bajo la que ejercen sus besos.
Tomo como propia y sin ser de
ninguna forma comedida, la
medida de hacer total entrega
de lo que me forma y hace al
requerimiento que él tenga.
Debe de ser por tanto
para mi segunda alma algo
de total certeza que no
hay nada que más respete
que su propia entereza, dado
que además de su magnificiencia
porta consigo mi propio ente,
el existir que se ciñe sobre
cada una de las personas que
mora el mundo, ya no es mío
habiéndome sido entregado,
sino suyo habiendo sido por mí
totalmente rechazado, para
depositar en su propia mano
el don más divino que puede
tener cualquier ser humano.

3 comentarios:

  1. Ohhhhh cuanto sentimiento veo por aquí XDDDDDDD
    Te estás volviendo blanda... Qué malo es el amor XD

    ResponderEliminar
  2. Tia tamara no esta mal!. Te felicito

    ResponderEliminar